Mucho trabajo y pocos resultados

Sábado 10 de marzo.

Hoy hemos estado haciendo varias cosas.

• En primer lugar, intentar terminar con el decapado. Está costando mucho. Además, de una semana para otra ha aparecido una fina capa de óxido, luego trabajo doble. Para evitar que nos vuelva a salir óxido en el tiempo que no se le haga nada a la moto, hemos dado con imprimación las partes ya decapadas. La verdad es que motiva bastante, porque la moto decapada no tiene muy buen aspecto y la imprimación le da uniformidad a la chapa. A día de hoy están decapadas aproximadamente dos terceras partes de la moto. Así está quedando:

Imprimación azul: costará mucho pintarla de blanco...

• También hemos aprovechado para pintar con pintura acalórica para hornos el cubre cilindro, la tapa del volante magnético y la tapa del cangrejo de los cambios (tuve que comprarla, 2€). Decir que estaban todas las piezas lijadas de antes, pero no tenía aún dicha pintura. El resultado ha sido este:

Una vez se limpie todo con gasoil quedará perfecto.

• Por último se le ha dado una capa de un producto convertidor de óxido al interior del chasis y a otras partes que lo necesitaban. El estado del interior del chasis era magnífico. La suciedad y la gasolina que perdía el depósito han hecho que por dentro estuviera prácticamente impecable. Pero por si acaso, hemos dado una capa generosa de este producto. Lo que he leído que hace es que convierte el óxido de hierro en óxido de zinc mediante un proceso químico y hace que la oxidación no vaya a más:

Recién aplicado es blanco, al reaccionar se vuelve negro todo.

También aprovecho para decir que ya se ha elegido el color de la moto: un blanco hueso, parecido al que llevan los Mini de ahora.

Material de pintura, comprado en una fábrica de Alcantarilla.

Pintura monocapa, disolvente de poliuretano, endurecedor acrílico, Xylazel transformador de óxido, cuatro lijas del nº 600, aparejo y el vaso de mezclas. 

TOTAL: 83,97€